INFORME
Redefinir la resiliencia: adaptarse para reinventarse
5 MINUTOS DE LECTURA
11 junio 2025
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11 junio 2025
En medio de un sinfín de crisis empresariales, económicas y geopolíticas, el estudio de Accenture muestra que la resiliencia se está recuperando a niveles máximos pospandemia.
Pero estas ganancias ocultan una vulnerabilidad más profunda. Aunque las empresas parecen más resilientes, en realidad, muchas presentan fracturas internas, desalineación y estancamiento a nivel estructural.
La brecha entre organizaciones fuertes y débiles está creciendo, pero estas últimas se están quedando cada vez más rezagadas en el índice de resiliencia de Accenture.
Nuestro estudio cuantifica lo que muchos líderes entienden de forma intuitiva: la resiliencia ofrece su mayor valor en tiempos disruptivos. Las organizaciones realmente resilientes superan de forma sistemática a sus homólogos en períodos de mucho estrés, lo que ofrece un retorno de la resiliencia (RoRes) superior, que las sitúa aún más en una posición de reinvención.
Solo el 4% de las empresas que han mejorado su resiliencia en la reciente recuperación están avanzando en todas las dimensiones, una clara evidencia de que la resiliencia se está fragmentando más que en recuperaciones anteriores.
Hoy en día, las mayores vulnerabilidades están surgiendo en las personas y la resiliencia operativa, que son las capas fundamentales de adaptabilidad y ejecución.
Resiliencia tecnológica: construyendo la base para la reinvención. Desde la pandemia, la resiliencia tecnológica se ha convertido en una prioridad para los líderes empresariales. Y está impulsada por la IA, las capacidades de datos, la ciberseguridad y, más recientemente, la IA de próxima generación, incluida la arquitectura agéntica.
Resiliencia comercial: equilibrio entre la presión de costes y la capacidad de fijación de precios. La resiliencia comercial se encuentra bajo una presión inmediata, ya que las empresas deben decidir rápidamente qué costes absorber y de cuáles prescindir debido al aumento de los aranceles y de los costes de los insumos, así como a la fluctuación de la demanda.
Resiliencia de las personas: infravalorada y menospreciada. En la carrera por adoptar la IA generativa y las tecnologías agénticas, muchas organizaciones están priorizando las inversiones tecnológicas sin adoptar, de forma paralela, un enfoque en las personas. El estudio de Accenture muestra que las empresas que fortalecen tanto el talento como la tecnología tienen cuatro veces más probabilidades de lograr un crecimiento rentable a largo plazo.
Resiliencia operativa: un punto ciego crítico. Nuestro índice de resiliencia muestra un descenso sostenido de esta capacidad desde antes de la pandemia. El nuevo punto de referencia para la resiliencia operativa, y que muchas organizaciones tienen dificultades para alcanzar, es la flexibilidad en tiempo real para cambiar, redirigir o reconfigurar las operaciones en respuesta a los cambios repentinos.
La definición de resiliencia está evolucionando rápidamente en tres de las cuatro capacidades principales: la tecnología, las personas y las operaciones. Estas impulsan, de una forma más directa, la resiliencia empresarial durante las disrupciones, a medida que las nuevas realidades redefinen lo que se necesita para seguir siendo competitivo.
El futuro pertenece a las empresas que adoptan la resiliencia adaptativa, tratando la volatilidad como el combustible que transforma la inestabilidad para impulsar el crecimiento y una mayor competitividad. Para lograrlo, las empresas deben:
Los riesgos de la inacción son reales. Quienes adoptan la resiliencia adaptativa no solo resistirán las disrupciones: lo utilizarán para liderar, crecer y dar forma al futuro, impulsando la reinvención a su propio ritmo.